Autor imagen: Aida Servi
Los cántaros, cuanto más vacíos,
más ruido hacen
(Alfonso X el Sabio)
Para ser feliz en el amor uno debe saber, sin cegarse, cómo cerrar los ojos
(Marcel Achard, comediógrafo)
Cuando una mujer se rinde
es porque ha vencido
(Aldo Cammarota)
El valiente sabe batirse; el prudente, defenderse; el sabio, asesorar. No se desperdicia el talento de nadie
(príncipe Li Ch’uang)
El mundo pertenece
al entusiasta que permanece
tranquilo
(William McFee)
Ninguna frontera tienta más al contrabando que la de la edad
(Robert Musil, escritor austríaco)
Si una espina me hiere, me aparto la espina…pero no la aborrezco
(Amado Nervo, poeta mexicano)
Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti
(Nietzsche)
El más lento en prometer es siempre el más fiel en cumplir
(Jean J. Rousseau, filósofo)
Hay momentos en la vida en que conviene ser un poco loco para salir bien parado
(Rochefoucauld)
Para conocer una cosa hay que conocer bien sus detalles
(Rochefoucauld)
La razón nos engaña a menudo, la conciencia nunca
(Jean Jacques Rousseau, filósofo francés)
En mar tranquila todos somos buenos pilotos
(Publio Siro, actor de mimo romano)
Cuando una paloma empieza a frecuentar los cuervos sus plumas permanecen blancas, pero su corazón se vuelve negro
(Proverbio alemán)
Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio
(Benjamín Franklin)
No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces
ni oradores tan elocuentes como las lágrimas
(Lope de Vega)
No quiso la lengua castellana que de casado a cansado hubiese más que una letra
(Lope de Vega)
El hombre fuerte crea los acontecimientos, y el débil soporta lo que el destino le impone
(Alfred de Vigny, novelista)
Los tacones altos fueron inventados por una mujer a la que besaron en la frente
(Christopher Morley, escritor)
La felicidad nos espera en algún sitio, a condición de que no vayamos a buscarla
(Voltaire)
Solo el amor puede ayudar a vivir
(OscarWilde)
¿Qué es un cínico? Uno que sabe el precio de todas las cosas y no sabe el valor de ninguna
(Oscar Wilde)
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